Es gracioso pensar en las ideas que tenemos sobre un lugar al que nunca hemos ido. Países o ciudades que reconocemos por nombre o ubicación geográfica, pero que no sabemos mucho al respecto. Creamos una idea a base de palabras, imágenes o recuerdos que por una u otra razón vinculamos a un lugar desconocido.
De pequeña viviendo en Monterrey, lo que sabía sobre Oaxaca era que estaba muy lejos al sur de México y que había jaguares. Fui creando una imagen que no del todo era incorrecta pero si un poco exagerada. Finalmente visité Oaxaca este verano y obviamente no encontré ningún jaguar en medio de la ciudad. Fue diferente a lo que esperaba pero me encantó.
Con su variedad de cultura, arte y gastronomía Oaxaca de Juarez, la capital del estado de Oaxaca es un punto turístico que definitivamente no puede faltar. La fusión claramente visible de la época precolombina y la colonial encierran tanta historia que te atrapa y maravilla entre más la conoces. Es cuna de dos culturas importantes, Mixtecos y Zapotecos. Después de la conquista fue una de las ciudades más ricas de Nueva España llevando a una incorporación indígena y española en la gastronomía, artesanías y danzas tradicionales. Además este estado se caracteriza por mantener vivas las raíces precolombinas, por ejemplo gran parte de la población domina las lenguas indígenas como la Mixteca.
Realmente es un lugar de ensueño, si tienen la oportunidad de visitar Oaxaca no duden en hacerlo. No solamente se encontrarán con ruinas prehispánicas e iglesias coloniales, también los restaurantes, mercados y galerías de arte son únicos. Pronto les mostraré más sobre lo que hice en esta bella ciudad.
-Greta