A veces es un poco complicado salir a conocer museos, ver exhibiciones o simplemente pasear por la ciudad. Esto se debe a que después de un largo día de ensayos mi cuerpo me pide quedarme en casa para descansar. En otras ocaciones, me la vivo corriendo entre el teatro y la compañía lo cual no deja mucho tiempo para actividades recreativas.
Hace unas semanas me di cuenta que llevaba un buen rato sin hacer alguna visita cultural. A pesar de tener ensayos en el Palacio de Bellas Artes por la noche, decidí ir al Castillo de Chapultepec.
El Castillo se encuentra en el bosque de Chapultepec. La palabra Chapultepec viene del náhuatl, que quiere decir "monte del chapulín". Esta área cuenta con presencia humana desde hace por lo menos 3,000 años. Los Aztecas o Mexicas fueron los últimos en desarrollar y usar el bosque antes de la conquista. Aún ahora podemos apreciar los "Baños de Moctezuma" los cuales nos ayudan a entender el sistema hidráulico que usaban los Aztecas para proveer agua a la ciudad.
Fue durante el periodo virreinal que se decidió construir un palacio en la cima del cerro de Chapultepec. Hoy en día lo conocemos como el Castillo de Chapultepec pero a través de la historia este recinto ha sido utilizado con diferentes propósitos. En 1801 fue Colegio Militar, después como residencia del emperador Maximilano I de México y más tarde como casa presidencial. Actualmente es la sede el Museo Nacional de Historia.
Cuando recién me mudé a la Ciudad de México visité el Museo Nacional de Historia. Unos meses después volví para bailar La Bella Durmiente con la Compañía Nacional de Danza en la explanada del Alcázar.
No había acudido al castillo desde la última función de La Bella Durmiente en el 2013. Debo decir que fue una sensación muy extraña. No recordaba como se veía el museo sin la adaptación que se hacía para llevar acabo las presentaciones. Caminando por los pasillos pude imaginar esas largas semanas de funciones. Aquellos días en los que aún no tenía contrato y cada función era la oportunidad de mostrarme ante la dirección. Entre los murales de Siqueiros y Clemente Orozco, pude verme a mi misma repasar el rol de Caperucita Roja una y otra vez antes de salir al escenario. Esa fue la primera oportunidad que tuve de bailar fuera del cuerpo de baile... y pensar que un papel tan sencillo me ponía tan nerviosa. Solamente pasé dos temporadas de La Bella Durmiente en este lugar pero fueron muchos los recuerdos que reviví aquel día dentro de las paredes del Castillo de Chapultepec.
En sí, la arquitectura de este recinto es bellísima pero lo que más me gusta son sus majestuosos jardines y terrazas. El Castillo de Chapultepec es un lugar bastante único. Observando las vistas panorámicas desde el castillo, se puede sentir la mística de una ciudad que alguna vez fue la gran Tenochtitlán.
Si llegan a visitar el Castillo de Chapultepec, no olviden en contarme sobre su experiencia.
-Greta