Las últimas semanas fueron un poco agitadas, cansadas y algo estresantes. Por lo general así son todos los días cuando eres bailarín ya que es una profesión muy demandante. Después de cinco semanas de presentarnos en Chapultepec con El Lago de los Cisnes, la temporada terminó con una inesperada lluvia y sin dejar a los bailarines despedirse de este escenario hasta el siguiente año.
Cuando finaliza una temporada se siente una liberación física y psicológica sumamente relajante. Es el momento para descansar tu cuerpo y tu mente para así poder enfocarse en lo siguiente . A veces este proceso puede ser muy difícil ya que por lo general son pocos los días para recuperarnos. Por suerte este año tuvimos unos cuantos días extras y pudimos tomar unas pequeñas vacaciones.
El destino fué el puerto de Acapulco. Ciudad Guerrerense en las costas del Pacífico con una gran tradición turística tanto nacional como extranjera desde la década de los cincuenta. La verdad es que me tomé muy en serio eso de descansar y despejarme.
Me tocó ver el atardecer más hermoso de toda mi vida. El sol rosa casi fucsia y a pesar de que sólo duró unos minutos creo que esto fue lo que más disfruté del viaje. La naturaleza es realmente impactante.
Me siento un poco culpable de no haber conocido más la ciudad, pero supongo que tendré que volver. Hasta luego Acapulco!
-Greta
Fotografías Alexander Mitiaev y Greta Elizondo