Como ya les había contado en mi último post, Oaxaca es un lugar de ensueño. Me encantaría visitar la ciudad durante la celebración de la Guelaguetza para poder disfrutar de las danzas folklóricas y analizar los vestidos típicos ( como el vestido de Tehuana, ¿se acuerdan?).
No es posible escribir sobre todos los lugares y maravillas que se pueden encontrar en Oaxaca, pero si les puedo recomendar unas cuantas atracciones que les aseguro valen la pena.
Monte Albán, sin duda es una de las zonas arqueológicas mas bellas que he visto. No se sabe con precisión quiénes fueron sus primeros fundadores pero en un momento fue habitada por Zapotecos y luego por Mixtecos. Era considerado como el centro de poder político y económico de los valles centrales de Oaxaca.
Simplemente la arquitectura del lugar ejerce un respeto y poder que te deja sin habla. El aire es puro, la vista exquisita desde lo alto de la plataforma sur y la naturaleza que rodea todo el complejo pre hispánico es el toque final para esta obra de arte que la historia nos ha dado.
Para tener una idea más completa de Monte Albán tienen que visitar el Museo de las Culturas de Oaxaca, ahí encontrarán los tesoros de la tumba 7 que fueron descubiertos por Alfonso Caso en 1932. Son este tipo de maravillas que hacen que aprendamos más viajando que de cualquier libro.
No sé que piensan ustedes sobre las compras pero la verdad es que a veces suelo tener espasmos de compradora compulsiva. Lo bueno es que en Oaxaca existe la forma de comprar pero a la vez cada objeto tiene una gran historia detrás, algo que no sucede en cualquier lugar. Por ejemplo, el pueblo de los alebrijes, los cuales son figuras talladas en madera de copal y pintadas cuidadosamente a mano. Los alebrijes Oaxaqueños son una adaptación de los que inventó Pedro Linares Lopez hechos con un moldeado de periódico.
También está el pueblo del barro negro que es muy típico del estado debido a que su origen nos lleva a los antiguos Zapotecos y Mixtecos del valle. Lo que le da su color tan distintivo es el tipo de tierra que se usa para moldear las piezas artesanales y la forma en la que se trabajan.
Uno de los artesanos me contó que el gobierno tiene minas donde los artesanos del pueblo pueden tomar la cantidad necesaria de tierra para producir sus productos sin ningún costo. Me pareció una buena idea ya que no debería haber un precio por usar tierra y convertirla en arte. Dicho esto compré varias piezas, hay que apoyar las tradiciones para que sigan vivas aún cuando nosotros ya no lo estemos.
Por último en la lista del "shopping" se encuentran los telares. Estos también siguen una larga línea de tradición. Hechos a mano, con lana de borrego y con cada color viniendo de una fuente natural. Cada uno tiene variantes de colores o diseño y simplemente son divinos, en especial si tienes una sala que necesita decoración.
En fin, Oaxaca tiene un poco (bastante) de todo. Tanto que probar y conocer, la única opción es viajar a esta ciudad y descubrirlo por ti mismo.
No duden en comentar y contarme sobre sus experiencias en Oaxaca!
-Greta